Vestidos Rojos Vacíos
Por Carolina de la Cajiga

La obra " Vestidos Rojos Vacíos" es una llamada de atención a las miles de mujeres desaparecidas—especialmente mujeres indígenas y pobres en todo el mundo. Ser Mujer es una organización en San Miguel Allende, Guanajuato, que trabaja por la justicia social para todas las mujeres. Con esta acción, Ser Mujer se enfoca en hacer un llamado de atención a la conciencia de la comunidad sobre este problema en México.
"La Vida No Vale Nada" es el título de una canción de José Alfredo Jiménez. Según la letra, la vida comienza con llanto y con llanto termina. Esto mismo dice Sandra Luz Román, específicamente con respecto a las mujeres. En los últimos diez años, la Sra. Román ha estado buscando a su hija desaparecida, Melissa Flores Román. Según un reporte de la policía federal, Melissa fue secuestrada por su propio padre, oficial de la policía en Iguala, Guerrero. Después de muchos años exigiendo ayuda y acción de las autoridades locales sin respuesta alguna, la Sra. Román llevo su caso a la Convención por la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación de Mujeres (CEDAW) en las Naciones Unidas, donde formalmente hizo una demanda contra el gobierno mexicano por su falla de responsabilidades en prevenir, investigar y sancionar delitos contra mujeres. Esta es la primera vez que alguien, (y una mujer nada menos), ha hecho una reclamación contra un país.
En 2012, después de dos años en que Sandra y su hija se defendieron del maltrato de su esposo y su padre respectivamente, Melissa, de 19 años de edad, fue llevada a la fuerza de su casa por dos hombres armados y con las caras cubiertas. Según el reporte federal, estos hombres iban escoltados por vehículos policiales. Sin embargo, no existe ningún registro del hecho en los archivos del estado de Veracruz.
En su denuncia, la Sra. Román indica que el padre de su esposo, también policía en Iguala, entregó a Melissa a una organización de la mafia. Antes y después del secuestro, la Sra. Román ha sufrido amenazas de los perpetradores, quienes nunca han sido investigados.
El director de Litigio Estratégico en Derechos Humanos, Juan Carlos Gutiérrez, dice que este caso refleja la violencia sistemática y estructural contra mujeres, además de la impunidad de organizaciones criminales que funcionan con la complicidad de las autoridades.
Este es un sólo caso entre miles.
Según la Secretaria de Gobernación el número de mujeres desaparecidas en México ha ido en aumento año con año. De 2000 hasta 2003, sesenta y tres mujeres fueron reportadas desaparecidas. Entre 2006-2209, desaparecieron 476. De 2012 hasta 2015, 2,418 mujeres desaparecieron. Entre 2018 a 2021, ese número saltó a 4,276. La mayoría de las desaparecidas son jóvenes de 15-19 años, seguidas de las de 20-24 años y niñas de 10-14 años.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) indica que estas mujeres son sujetas a fuerzas físicas crueles que prolongan su sufrimiento y muerte. Esta información ha sido recopilada por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, y el Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
¿Por qué?
¿Que podemos hacer nosotros?
"La Vida No Vale Nada" es el título de una canción de José Alfredo Jiménez. Según la letra, la vida comienza con llanto y con llanto termina. Esto mismo dice Sandra Luz Román, específicamente con respecto a las mujeres. En los últimos diez años, la Sra. Román ha estado buscando a su hija desaparecida, Melissa Flores Román. Según un reporte de la policía federal, Melissa fue secuestrada por su propio padre, oficial de la policía en Iguala, Guerrero. Después de muchos años exigiendo ayuda y acción de las autoridades locales sin respuesta alguna, la Sra. Román llevo su caso a la Convención por la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación de Mujeres (CEDAW) en las Naciones Unidas, donde formalmente hizo una demanda contra el gobierno mexicano por su falla de responsabilidades en prevenir, investigar y sancionar delitos contra mujeres. Esta es la primera vez que alguien, (y una mujer nada menos), ha hecho una reclamación contra un país.
En 2012, después de dos años en que Sandra y su hija se defendieron del maltrato de su esposo y su padre respectivamente, Melissa, de 19 años de edad, fue llevada a la fuerza de su casa por dos hombres armados y con las caras cubiertas. Según el reporte federal, estos hombres iban escoltados por vehículos policiales. Sin embargo, no existe ningún registro del hecho en los archivos del estado de Veracruz.
En su denuncia, la Sra. Román indica que el padre de su esposo, también policía en Iguala, entregó a Melissa a una organización de la mafia. Antes y después del secuestro, la Sra. Román ha sufrido amenazas de los perpetradores, quienes nunca han sido investigados.
El director de Litigio Estratégico en Derechos Humanos, Juan Carlos Gutiérrez, dice que este caso refleja la violencia sistemática y estructural contra mujeres, además de la impunidad de organizaciones criminales que funcionan con la complicidad de las autoridades.
Este es un sólo caso entre miles.
Según la Secretaria de Gobernación el número de mujeres desaparecidas en México ha ido en aumento año con año. De 2000 hasta 2003, sesenta y tres mujeres fueron reportadas desaparecidas. Entre 2006-2209, desaparecieron 476. De 2012 hasta 2015, 2,418 mujeres desaparecieron. Entre 2018 a 2021, ese número saltó a 4,276. La mayoría de las desaparecidas son jóvenes de 15-19 años, seguidas de las de 20-24 años y niñas de 10-14 años.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) indica que estas mujeres son sujetas a fuerzas físicas crueles que prolongan su sufrimiento y muerte. Esta información ha sido recopilada por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, y el Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
¿Por qué?
¿Que podemos hacer nosotros?